Tras el pasado fin de semana donde España se impuso en un muy emocionante duelo a Alemania, en un partido de infarto resuelto por detalles, donde D. David Ferrer se impuso a su rival Philipp Kohlschreiber en el punto final, quiero ofrecer una visión diferente a lo que fue en sí misma la eliminatoria.

Previamente se manejaban diferentes incógnitas, que sólo se han aclarado parcialmente y que abre un camino de incógnitas en el resultado final para próximas rondas.

La primera cuestión que me planteaba, era si Rafael Nadal tendría el «ritmo» suficiente para vencer en su confrontación con Alexander Zverev, puesto que daba por sentado que se impondría claramente al número dos de Alemania en la primera jornada y que David Ferrer, el gran segundo de España, caería con el uno alemán como así fue, quizás no de forma tan exagerada como ocurrió.

El doble español, tras una épica igualada tras el 2/0 (sets) inicial, nos preconizaba que la última jornada sería de infarto.

El que conozca un poco el tenis y lo practique en mayor o menor medida de forma competitiva, sabe que «cambiar la dinámica» de un partido en el que estás siendo inferior, te permite llegar a la victoria final: «El problema es mantener la misma desde la recuperación al punto final.»

Esta eliminatoria resolvía la segunda cuestión que me planteaba a priori; España no tiene un doble de garantías, pese a los títulos obtenidos por los López y trabajar por parte de la RFET en conseguirlo para los años venideros, debe ser un objetivo claro.

Marc es un gran doblista y llevó el peso del partido, tirando de Feliciano que no tuvo su mejor día.

No me he olvidado de la primera incógnita que he planteado; Rafael Nadal dio una lección magistral de estrategia y de juego en tierra batida. El finalista de MIAMI, desbordado, enfadado por momentos y muy protestón, no encontró la forma de pelearse con Nadal excepto por los errores no forzados de nuestro campeón.

A Nadal le falta forma física y le sobra calidad, por lo que el transcurso de los días compensará el desequilibrio que ahora tiene y le ayudará en el golpe del «servicio», que manejo con dificultad en determinadas fases del encuentro, duda resuelta.

La tercera cuestión que me asalta es, «el repuesto»;  Visto lo visto a día de hoy si no aparece un «cuasi Nadal», España habrá de olvidarse de la Davis y de otras competiciones individuales con las que los amantes del tenis venimos disfrutando en los últimos  «trece años», lo que agranda la figura de Ferrer y Nadal, fundamentalmente.

A los Corretja, Moya, Ferrero les tomó el sitio Rafael Nadal y el sustituto de éste está por aparecer, reconociendo el gran mérito de los Carreño y  Bautista, claramente en otro escalón del podio.

La última incógnita que me ronda es, si la propuesta de nuevo sistema de competición de la Davis, reuniendo durante un mes a todos los equipos en una ciudad para ir jugando eliminatorias, permitiría ver un estadio lleno con emociones como las del fin de semana, con un público apasionado y entregado y sobre todo y finalmente, si los aficionados de a pie como yo, podrían pasar tres días viendo y apoyando a España sin que el agujero de mi bolsillo me obligara a cambiar de pantalones.

Sinceramente, creo que no y en esto discrepo de D. Rafael Nadal.

Esperemos que nos tengan en cuenta a los aficionados.

Miguel Asensio

Vicepresidente MCT 1919