Con motivo del Día Internacional de la Mujer, hablamos con seis jugadoras de nuestro club: Alba Rey, Alba Carrillo, Ariana Geerlings, Chantal Sauvant, Jessica Bouzas y Nuria Brancaccio  

Esfuerzo, trabajo, dedicación, valentía y fortaleza. Son los valores que definen a Alba Rey, Alba Carrillo, Chantal Sauvant, Ariana Geerlings, Jessica Bouzas y Nuria Brancaccio, jugadoras del Real Murcia Club de Tenis 1919. Una representación de las voces femeninas de nuestro club que, con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo, nos cuentan las experiencias que les han empujado a superarse, la forma en la que animarían a las nuevas generaciones a iniciarse en este deporte o el papel que consideran que tienen las tenistas actuales, entre otras temáticas. 

Todas ellas coinciden en que el tenis les ha impulsado a madurar”. Nuria Branccacio, de 22 años, nos cuenta que, mediante la competición, ha podido “conocer gente de todo el mundo y de diferentes culturas”.  Para ella, este deporte “te construye como persona, tanto dentro como fuera de la pista y, sobre todo, te enseña muchas cosas que solo puedes aprender si lo practicas”.

Con esta afirmación coincide Alba Carrillo, de 27 años, quien asegura que esta disciplina “te abre la mente y te obliga a adaptarte, a estar contigo misma, a reflexionar”. Esta conclusión la ha sacado tras “los retos continuos” que ha vivido en las competiciones: “viajar sola fuera de casa, tantas semanas al año, desde una corta edad, te moldea el carácter. Te vuelves autónoma”. Momentos que a veces “son duros” y en los que “rodearse de un buen equipo es vital”. 

Una experiencia que también ha vivido Jessica Bouzas. Ella recuerda, especialmente, sus 13 años: “me fui de Galicia a Alicante, a la Academia Tenis Ferrer”. La joven, quien recientemente ha formado parte del equipo español de la United Cup, explica que por aquel entonces tuvo que «dejar a la familia, padres, amigos, mi hogar… Te aventuras un poco a irte a la otra punta del país, a tener que hacer tú sola tu rutinaria. Para mí, creo que eso fue lo más duro”. No duda en que fue una decisión que tomó “con gusto”, pero también que le supuso “avanzar sola”. 

“Mejorar como persona” 

Chantal Sauvant, quien se adentró en este deporte con 5 años, considera que el tenis le da ha dado una oportunidad “no solo para mejorar deportivamente, también como persona. Me ha dado muchas experiencias de vida”. Una de sus vivencias más difíciles fue una operación en la muñeca que, afortunadamente, no le impidió volver a la pista tras su recuperación.

Otro ejemplo de superación es Ariana Geerlings, que hace dos años se vio obligada a parar su carrera deportiva por una rotura de ligamentos de la rodilla izquierda y que consiguió retomar la competición en una excelente forma: en 2022, entre otros triunfos, fue doble campeona de España junior.  

Más reciente es la lesión de Alba Rey, de 20 años, quien jugando un torneo en Barcelona el pasado mayo sufrió la peor lesión de su carrera: se rompió el menisco externo y tuvo que pasar por quirófano, una situación que fue “bastante complicada mentalmente porque hizo que estuviera fuera de pista durante un par de meses y sin competir durante seis”.  

Sin embargo, tras ese periodo de ese tiempo, salió “muy reforzada”. Por ello, nos cuenta, “cuando estoy pasando momentos duros en la pista, me acuerdo del tiempo que estuve sin poder hacer lo que más me gusta, y dejo de tener problemas, concentrándome en luchar y luchar”. 

Animar a las nuevas generaciones 

Todas coinciden en que, sin duda, recomendarían este deporte a las nuevas generaciones porque “aunque tienen un parte dura, como todos, también es súper bonito por su espectáculo, la adrenalina, el juego… Por todo lo que involucra”, nos comenta Bouzzas. “Es individual, pero detrás de cada circuito hay todo un equipo y un gran compañerismo”.

Alba Carrillo, de 27 años, destaca la fortaleza mental que pueden adquirir las pequeñas. “Tienes que ser capaz de hacer muchas cosas físicamente, pero también mentalmente, y eso te enseña mucho”.  Para ella, se puede jugar de muchas maneras distintas y estilos diferentes, siendo todos estos válidos: “puedes ser creativo y sorprender, pero, sobre todo… ¡la gente del tenis es genial! Es un ambiente muy sano”. 

Branccacio, por su parte, destaca los valores que pueden adquirir: “el respeto y, más allá de una victoria o una derrota, lo más importante es divertirse”. Geerlings, de 17 años, añade que “lo más importante es que se lo pasen bien”. Por ello, recomendaría “realizar muchos juegos en grupo”. “Cuando vayan haciendo mayores —indica—, podrán decidir cómo de serio se lo quieren tomar”. 

Para Sauvant, “es una gran oportunidad de demostrar a la sociedad la gran personalidad y fortaleza que tenemos las mujeres, para crecer en personalidad, ser independiente y, al mismo, tiempo, hacer lo que amas”. 

Alba Rey, asimismo, animaría a las generaciones venideras “haciéndoles ver que en el tenis somos tratadas como los hombres, independientemente de que sean más populares los circuitos masculinos. El esfuerzo merece la pena porque te hace sentir luchadora y ser reconocida como mujer luchadora”. 

Un deporte que visibiliza 

Respecto a la visibilidad de las tenistas, esta última jugadora considera que “el papel de la mujer ha ido creciendo durante los años, ya que han ido evolucionando y haciéndose cada vez más populares, por lo que diría que actualmente tenemos bastante reconocimiento”. 

Carrillo, por su parte, señala que “es un canal que goza de mucho poder de movilización, por la cantidad de seguidores y de pasiones que mueve, y es una plataforma que puede ayudar mucho al movimiento feminista. Dentro del deporte femenino, las tenistas somos las que tenemos una mayor cobertura mediática. Hace años que en el circuito, tanto profesional como nacional, está encima de la mesa la conversación feminista”. 

Para todas ellas el deporte es su pasión y estilo de vida, y son un ejemplo de que “deporte y mujer van cogidos de la mano: la mujer siempre ha sido un ejemplo de lucha, y en el deporte la clave para el éxito es la lucha”, concluye Alba Rey.