Con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, hablamos con diferentes profesionales que desarrollan su labor en distintas áreas del club

Compromiso, profesionalidad y capacidad para realizar un trabajo ejemplar. Son tres características que definen a la plantilla de nuestro club, de la que forman parte Florencio Soto Ramón, Enrique Alarcón, Juan Jiménez, Vladimir Carmenati y José Morga. Con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, conversamos con ellos sobre la relación que mantienen con el RMCT 1919 y sus respectivas trayectorias.

Una característica que comparten es que todos atesoran un amplio recorrido en el club, como Florencio Soto Ramón, quien asegura que lleva “toda la vida: vengo como si fuera mi casa”. Incluso de niño, con 10 años, colaboró como recogepelotas en la copa Davis, recuerda. “Se celebró en la pista 9 y pusimos gradas en la 8, 10 y 12. También en la calle del Barnés”, nos cuenta nuestro compañero, responsable del servicio de conserjería.

De forma profesional, en el RMCT empezó como guardia nocturno, “y así estuve durante hace 11 años, hasta que hace aproximadamente un año se jubiló Pepe Aliaga, el antiguo conserje”. Uno de los aspectos más importantes del equipo de trabajadores, asegura, es que “muchos somos muy buenos amigos porque también nos hemos visto crecer”.

Junto a él, Enrique Alarcón también lleva más de una década en el club. En su caso, comenzó mediante una empresa externa de seguridad y, cuando se quedó un puesto libre, decidió quedarse. Sin embargo, sus actuales funciones son otras: es uno de los encargados de la portería.

La parte más gratificante de su jornada es “el agradecimiento que muestran los socios cuando les ayudo” y poder disfrutar del “ambiente que tenemos cuando celebramos campeonatos especiales, como el Challenger”.

Uno de los responsables de mantener las pistas en un estado óptimo durante los torneos es precisamente Juan Jiménez, quien desarrolla su labor en el área de mantenimiento. Durante más de cuarenta años ha trabajado en esta área, en la que ha vivido numerosas anécdotas especiales. Entre ellas, un ITF Futures en el que se apostó 1.000 pesetas con el extenista español Emilio Ángel Sánchez Vicario.

“Se quejaba de que la red estaba baja en el centro”, comenta. “En la pista, todos son medidas técnicas: yo sabía que tenía que estar a 91,5 centímetros; una altura que sé medir con mi propio cuerpo —nos explica, señalando su cadera—. Me acerqué, la medí con el huesecico y le pregunté: ‘¿Te apuestas 1.000 pesetas a que está justa?’.  Me dijo que sí, traje el medidor, lo pusimos y así era. Aún estoy esperando a que me dé las 1.000 pesetas”, recuerda mientras ríe.

También forma parte de nuestra plantilla su hermano: “en mi caso, estoy prácticamente en familia. El ambiente es inmejorable”. Del futuro del club, garantiza que “con las personas que están viniendo a trabajar, más jóvenes, el RMCT está en buenas manos”.

Uno de sus torneos favoritos es el Pajarón, “que tiene cierto encanto”. Con él coincide José Morga, entrenador de la escuela de tenis y encordador de raquetas. En concreto, se sumó a nuestra plantilla en el año 1996. “Aquí hay dos eventos que son de toda la vida: la copa Rogelio Pérez y el Pajarón. Son los dos sociales del club”, indica.

Lo que más disfruta de su profesión es el momento “en el que los padres de los alumnos me paran por la calle y me dicen lo contentos que están sus hijos”.

Una estancia por la que todos han pasado en algún momento para descansar, almorzar o comer es la cantina y el restaurante, donde encontramos a Vladimir Carmenati, cocinero del club. Desde Cuba, llegó a España hace 25 años y fue en 2013 cuando se sumó a nuestro equipo.

En los fogones lo acompañan sus compañeros Antonio y Lili. Las especialidades que elaboran, dice, “son los arroces, las paletillas… La cocina murciana típica”. Comenzó en nuestra plantilla, nos cuenta, por casualidad: “vine a hacer un servicio extra y a María José, la jefa, le gustó la forma que tenía de trabajar, así que me pude quedar”.

Tras una década desarrollando su trabajo con nosotros, destaca las jóvenes promesas del tenis que han podido disfrutar de su cocina, como Carlos Alcaraz. “Carlitos —afirma— es de aquí, del club, porque él venía a la Copa del Sol con Nicolás cuando estaba en el equipo de España. Siempre lo hemos visto desde pequeño jugando en las pistas, hasta que se ha hecho el número 1. De hecho, vuelve al RMCT 1919 cuando puede”.

Personas como Florencio, Enrique, Morga, Juan y Vlad hacen posible que podamos desarrollar todos nuestros servicios y acoger numerosas competiciones nacionales e internacionales. Por ello, agradecemos la implicación y la predisposición que siempre demuestran cada día.